Crónica de Anna Magdalena Bach (Straub-Huillet, 1968)

Luego de un largo peregrinar de casi 10 años en busca de financiación, la pareja de realizadores consigue poner en marcha esta película. Al parecer radical en su forma, pero original al descartar la utilización de actores profesionales que se pusieran en la piel de Bach y su esposa, Anna. Qué mejor que acudir a músicos para encarnar a músicos. Se prioriza entonces aquí la ejecución de los temas en tiempo real, el mostrar el trabajo cotidiano que acompaña al genio que poseía Bach. Encuadres y silencios que remiten a Bresson pero que comienzan a delinear el estilo propio que caracterizaría toda la filmografía de la pareja, que se dedicaron con coherencia y un trabajo silencioso a lo largo de 40 años a interrogarse como pocos sobre el arte en general y su traducción cinematográfica en particular. Vale la pena verlos trabajar en la sala de montaje, manteniendo discusiones filosóficas alrededor del cine en el excelente documental de Pedro Costa, 'Donde yace tu sonrisa escondida?'.