Septien (Michael Tully, 2011)

Film escrito, dirigido y protagonizado por Tully, quien vuelve al seno familiar luego de años de estar perdido. Es un retorno incómodo, al menos para sus dos hermanos que han seguido adelante con sus vidas, que no han ido más allá del límite de sus tierras. El mayor, aferrado a un fervor religioso, ocupando el lugar de su madre, transfigurándose en ella ocasionalmente al trasvestirse, y el menor, que pinta obsesiva y compulsivamente cuadros y bocetos donde el diablo está rodeado de jugadores de fútbol americano. Poco ha quedado del hermano que se fue, es difícil para los hermanos encontrar algo reconocible en él, quien parece haber sufrido de amnesia, tampoco sabemos donde estuvo todos esos años. Podemos suponer por las intervenciones deportivas, que se ha dedicado a los desafíos y a las apuestas. Geniales las escenas donde desafía primero a un tenista y luego a un grupo de jovenes negros en un uno a uno. Lenta, pero tediosamente, comienzan a acomodarse las piezas, el porque de la huída, y sobre el final todo parece configurarse en un nuevo album familiar que transmite cierta paz y armonía final.