En
un pueblo perdido de la España de la guerra civil, llega un día como
otros un cine ambulante que proyecta 'Frankestein'. Ana y su hermana
mayor asisten a la función y lo que verán allí las acompañará durante el
tiempo que la cámara se queda con ellas, propiciando fantasías
infantiles donde lo real es puesto en discusión. Un maqui herido, se
esconde en una macía abandonada y Ana comprende de pronto que el extraño
de la película ahora está frente a ella, y precisa su ayuda. Relato
bellísimo y triste a la vez, como todas las películas de Erice.