Reencuadres: Hey Sally!

En 'Lynch (One) (NN, 2007)', el documental que acompaña un tiempo al realizador David Lynch durante los preparativos del film 'Inland Empire', hay una escena que muestra cómo Lynch construye un espacio, una atmósfera y una historia allí donde no hay nada, literalmente. El trabajo de pre-producción de la película lo llevó a Lynch a recorrer infinitas fábricas abandonadas en Polonia, suponemos que el director tiene una particular atracción por este tipo de lugares y espacios vacíos, como puede apreciarse ya en su primer film 'Eraserhead', donde el protagonista se mueve en ese paisaje industrial desértico. En la escena en cuestión de este documental, Lynch, junto a un técnico de sonido arriban a un salón enorme en una fábrica abandonada, el lugar está vacío, aunque la vista se ve interrumpida por innumerables columnas que abarrotan el espacio. Entendemos que Lynch quiere probar la acústica del lugar, pero lo que supone una mera prueba rutinaria se transforma en un momento mágico, cargado de esas atmósferas lyncheanas, que producen un extrañamiento y genera con su voz un universo personal y misterioso, como nos tiene acostumbrados. Lynch grita hacia una mujer imaginaria que se encuentra en algún lugar del salón vacío: Hey Sally! Hey Sally! You remember me? Como es de suponer Sally no le contesta y lo que vuelve a Lynch es el eco de sus propias palabras, cargadas de desilusión. Por un momento Sally es corporizada por la voz de Lynch, entrevemos el tiempo pasado entre ellos, la distancia meta-física que los separa, en un reencuentro improbable. Es un instante único, de esos que suele captar el cine documental, que habla del proceso creador de un artista único. Hey Sally!