Una lectura sobre cine y ensayo

"En Jallalla Bolivia lo primero que aparece es el material fílmico, el artificio cinematográfico: las imágenes y el sonido marcados por la toma de una vieja cámara Bolex a cuerda en donde lo brumoso comienza a aclarar y en blanco y negro vemos a personas que van cruzando a pie el límite con Bolivia. La música incidental es perturbadora. En Jallalla Bolivia no hay voz en off, no hay autoridad, no hay entrevistados, la cámara renuncia a interpretar. Y nada de esto es necesario para entender lo que significó la asunción de Evo Morales por primera vez a la presidencia de ese Estado plurinacional que es Bolivia. La música ocupa un lugar tan central porque amplifica lo que no podemos escuchar y que Diego Fidalgo intuye: el bramido agónico de la tierra, el estremecimiento de una cultura que espera hace quinientos años. Los sonidos corresponden a las composiciones de Mauricio Kagel y las músicas andina y aymara, por un lado, y las voces de la calle como ecos de la ciudad, más los noticiarios radiales, pero con una distancia de escucha: la de un extranjero que quiere comprender abandonando lo que cree sabido. La película es un poema épico y elegíaco a la vez". Fragmento de El ensayo a la búsqueda de la imagen, de Vanina Escales.