Road movie, que de algún modo
viene a clausurar (o en todo caso denostar) lo que 'Easy Rider' había
inaugurado, eso de que la vida se encontraba en la carretera. Relato
preciso, austero, que no se detiene en detalles ni explicaciones y toma
el pulso a los protagonistas, los músicos James Taylor y Dennis
Wilson (Beach Boys) devenidos actores para esta apuesta cinematográfica
de resultados contundentes e incómodos. El vacío es aquí protagonista, representado en las formas y comportamientos hoscos de los actores que recorren los caminos profundos de Estados Unidos en una carrera que solo encontrará su final también en manos del destino. Si en 'Easy Rider' el enemigo era externo, aquí el factor será interno, en un viaje frenético hacia un lugar donde el propio cine tendrá la imposibilidad de representar.